miércoles, 8 de febrero de 2012

Crema del cielo

Siempre me pasa lo mismo, que le voy a hacer, parece que este es mi estilo. No miento si digo que no me importa, pero en realidad si me importa, comienza a dolerme la cabeza, me siento enferma, espero que se contagie, solo para dejar una huella tan palpable y tan obvia en él, que sea inevitable pensar que algo tiene que ver conmigo... realmente, ¿en qué momento fue que empecé a tener algo que ver con él?, ¿cuánto tiempo compartimos, cuánto nos conocemos, importa en realidad?
Estoy tranquila porque siento que finalmente hice las cosas bien, aunque a diferencia de otras veces, no tengo ni la más puta y vaga idea de qué es lo que pretendo. Me divertí tanto, me reí y desesperé, sé que no tiene mayor importancia y eso me hace disfrutarlo MÁS... esa incertidumbre de no saber si se repetirá alguna vez o ya nunca jamás y al mismo tiempo no sé si de verdad quiero que se repita o no. He decidido tan solo vivir el momento, de algún modo, muy propio, muy mío, fue tan simple como un instante y fue totalmente mío. 
Sus manos apenas rozando mi espalda, por sobre la ropa, recorriendo mi costado, mi rostro, su beso con tantas sonrisas de su boca en la mía, tomé su pelo, sus manos, su rostro, su cuello, su espalda, sus brazos, suavemente, uno al lado del otro y a la vez frente a frente, un instante... minutos que podría contar con los dedos de una mano, pero pasó lento, pasó suave, pasó como su lengua por mi boca, delicada... fue tan simple, oscuro, rápido, raudo... y tan pero tan OBVIO. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario