Me he dado cuenta que siempre que escribo es porque algo anda mal, porque tengo que redactarlo para entenderme, para poder aclarar las cosas en mi misma. Así que hoy será distinto -en cierto modo- porque no tengo la idea de estar andando mal, aunque es para que quede un registro de las decisiones que tomé entre el miércoles y hoy.
No es sano, definitivamente, no es sano estar tan lejos y no estar queriendo tanto, ni siquiera lo suficiente, que ya no tenga los mínimos detalles a los que su amor me tenía acostumbrada. Qué triste, porque ya ni lo necesito, no me ayuda ni a elevar mi ánimo, eso lo hacen unos ojitos cafecitos que tienen las pestañitas largas y que titubean entre el cielo y el suelo, pero que cuando por fin se enfocan en los míos, me miran profundo.
Solo me queda hablar...
Soy vagabundo de tu lado más profundo, por un segundo de tu cuerpo doy el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario