miércoles, 25 de abril de 2012



Mi hermana - sí, tiene apenas 12 - tiene razón, no le gusto.
Soy tan estúpida, desubicada y cabra chica, que es imposible que se fije en mi.

Tiene tanta fuerza. Toda mi espalda cabe en su mano -literalmente-. Y toda yo también alcanzo en apenas una de sus manos -sentido figurado- porque su otra mano va jugando escondida a afirmar mi muslo con cada uno de sus dedos.

Es un hombre bueno, por lo tanto no es raro que sea bueno conmigo, y si yo le gustara sería aún más bueno. Supiera cuán reprimidas tengo las emociones y supiera con cuanta fuerza me resisto de caer rendida a mis impulsos. Debería verlo como a uno más, pero... y aquí estoy como las tontas, escribiendo cosas en un blog, porque no tengo diario de vida y estoy poco menos que sacando los pétalos de uno de una flor, para saber si me quiere o no.

Sentí como antes su mano recorrer mi espalda a pura piel, tomarme con fuerza y levantarme, ponerme sobre sus piernas, tomarme de la cadera, mirarnos a los ojos, no sé si con deseo o con recuerdos, con cara de de havú. Sentí como la electricidad subía por mi columna vertebral, o me bajaba desde la hipófisis, no lo sé. Sentí como se siente a ese hombre, pero no le gusto, debo convencerme de eso.



viernes, 20 de abril de 2012

Esto es como un diario de vida

Me he dado cuenta que siempre que escribo es porque algo anda mal, porque tengo que redactarlo para entenderme, para poder aclarar las cosas en mi misma. Así que hoy será distinto -en cierto modo- porque no tengo la idea de estar andando mal, aunque es para que quede un registro de las decisiones que tomé entre el miércoles y hoy. 
No es sano, definitivamente, no es sano estar tan lejos y no estar queriendo tanto, ni siquiera lo suficiente, que ya no tenga los mínimos detalles a los que su amor me tenía acostumbrada. Qué triste, porque ya ni lo necesito, no me ayuda ni a elevar mi ánimo, eso lo hacen unos ojitos cafecitos que tienen las pestañitas largas y que titubean entre el cielo y el suelo, pero que cuando por fin se enfocan en los míos, me miran profundo.


Solo me queda hablar...

Soy vagabundo de tu lado más profundo, por un segundo de tu cuerpo doy el mundo.

jueves, 12 de abril de 2012

Peso menos que un quintal de harina (literal)

Algunos dicen que está bien, a mi me gustaría alcanzar los 50 kilos, sabe Dios y todos los banquetes que me he mandado que estoy haciendo todo el esfuerzo, son solo 3 kilos que me faltan para llegar a mi peso de hace tres semanas.
Me estás resultando las cosas, pero parece que es la espera la que me bajonea.