Esta historia le ocurrió a la amiga de una amiga. Resulta que ella tenía un amigo, con el que eran muy amigos en sus épocas de adolescentes, eran tan amigos que a veces se daban besos y se querían mucho. Por asuntos de continuar con sus vidas, no se vieron durante un par de años, cuando se reencontraron, una tarde cualquiera, eran tan jóvenes y frenéticos que sus recuerdos de las cosas que hacían cuando eran adolescentes, los llevaron a abrazarse, besarse y reírse mucho, en circunstancias de estar encerrados en una pieza, empezaron a hacer más cosas...acabaron y sí, acabaron haciendo cosas.
Pasan unas semanas y él la llama preocupado, porque no habían tomado ningún resguardo ante ese "acabar haciendo cosas", no obstante estaba todo bien, y ella se lo hizo saber, pues en su ciclo todo había sido tan normal, que ella no tenía ni siquiera un mínimo de urgimiento. Pasaron un par de meses, ella al parecer es media despistada, nunca anotaba ni hacía seguimiento del comportamiento de su ciclo, nunca lo había necesitado en realidad, pero ese mes no "le bajaba" nunca, hubieron como 3 meses de normalidad y al mes siguiente, los días pasaban y pasaban y no pasaba nada, no tenía síntomas de SPM, ¡NADA!, más encima se empezó a dar cuenta que sentía asco por ciertos olores, que andaba buena para comer, buena para dormir, con mareos y a veces hasta nauseas, se sentía hinchada, sentía que nada le quedaba bien, cosas cotidianas como lavarse los dientes le producían asco, siempre necesitaba estar comiendo algo. ¡Urgida total! nunca en la vida había sentido esas ganas de que le llegara la siempre mal ponderada pero bendita regla. Más encima recordó que cuando la polola de su hermano quedó embarazada -a los 16, mucho más cagada que ella- no se enteró hasta el 4º mes, porque antes la regla le llegaba normal y no tenía síntomas, ante su desesperación pensaba: me compro un test de embarazo y salgo del entuerto, pero le aterraba la posibilidad del resultado positivo, incluso más que la plancha de ir a comprarlo o gastar sus últimas 5 luquitas en eso, por eso recordó la película promedio rojo y pensó: ¡Ramita de apio! no hay posibilidad de un sí, que era lo que más la preocupaba, nadie va a pensar que existe la posibilidad de estar embarazada solo por el hecho de comprar una mata de apio, como le gusta cocinar, su mamá pensaría que con el afán de aportar al mundo de la cocina compró una mata de apio para la ensalada, en internet podría aprender a usarlo y con $500 estaba. ¡Fácil, inocente, bonito y barato! El apio y el presunto fecundado tenían las mismas características, en el fondo no se atrevía. Las mamás parece que sienten la desesperación en sus hijas y le dijo una mañana al desayuno: -a ti no te ha llegado la regla? -No, mamá, aún no. -Qué raro, a mi me llegó hoy y el mes pasado nos llegó juntas, te acuerdas? -Sí, mamá, si me acuerdo. - Pero eso fue, a ver, aquí tengo anotado, mmm...fue el 27 del mes pasado y estamos a 19, que anticipado me llegó este mes, a ti debería llegarte el 24. Un respiro para la lady, pasaron los días y también pasó el 24, con los calzones más feos, esos que no importaba si se manchaban con el flujo abundante que gustosa recibiría y soportaría una semana si fuese necesario, pero nada. Vuelta a la desesperación, pero esta vez si que era máxima. El 25 para más remate se entera del escándalo familiar que causa la prima adolescente por pedirle a su mamá que la lleve a la matrona porque quiere tomar pastillas. Cuando su mamá le cuenta con horror que no puede ser que la prima adolescente, es chica, no tiene ni pololo y quiere esas pastillas para andar "fornicando" con quizás quienes (resaltando el plural del quinES). Se le apretaba el estómago a la libertina, con lo urgida que estaba sentía que lo que se le apretaba era el vientre, que su presunto cigoto o feto, no sé como se llaman a los 4 meses, iba a nacer, y su sobrinita chica ahí, andando en bicicleta!. ¡Qué angustia! no sabía que hacer, contarle a su amigo que parece que nada andaba bien, eso implicaba cagarle la vida, de paso ya se la había cagado a sí misma. Contarle a sus papás que en un baño público por ahí, al parecer un hombre desconocido se había autocomplacido y los restos de aquél final feliz los había dejado por ahí y que de algún modo ella al sentarse había sido fecundada, otra versión que preparaba era que hace un par de noches la visitó un ángel y le dijo que traería al mundo un niño y que debía llamarle "Jehová" o algo por el estilo, hace poquito más de 2000 años no más creyeron eso, ahora por qué no?, y hasta podría cambiar el mundo. Por las noches se pegaba combos en el vientre, pensaba en aquél hombre que de verdad le gustaba y en ese que siempre se la joteaba, y que por pajarón ella nunca pescaba, resulta que ese pajarón iba a tener éxito en la vida y ella al parecer tendría un crío que si no hacía pasar por el salvador del mundo, iba a ser un (emulando a la antigua ley) "hijo natural reconocido -porque no queda otra- por su madre". Pasaban los días y las cuentas se volvían cada vez más torturadoras, otra opción que nació entonces era ignorar el tema, comer harto y engordar para disimular la guata y entonces al llegar el momento del nacimiento a lo más: Discovery Home&Health hacer un :O "no sabía que estaba embarazada" y entonces poner en marcha la opción: ¡es el hijo de Dios, es el salvador del mundo!. El 28 en la tarde, de pronto sintió que le había llegado, ¡Sí, le había llegado! qué alegría, la disfrutó como nunca, regañó, lloró, comió chocolates, nada le quedaba bien y qué? total no estaba embarazada. Esa misma tarde, comenzó a pensar en la siguiente dicotomía: abstinencia o hacer un escándalo familiar y pedir hora a la matrona para pastillas anticonceptivas sin tener pololo, de todas formas lo más probable que hará será nunca irse tan en la volá como para olvidarse de exigir: ¡condón o nada!.
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