Estoy definitivamente cagá, desde la música más cebolla y comercial, hasta la más de culto, mientras sea romántica, me hace recordarlo. Me volvió esa adolescente y estúpida necesidad de mencionarlo en cada conversación, de revisarle el perfil de facebook.
Me interesa cada una de sus historias, me encanta cuando me mira, porque me mira a los ojos. Esa admiración tonta que tengo por él, y su gusto musical tan exquisito, estoy tan mal que hasta admiro su comprensión lectora. Me gusta y a la vez me carga que me motive a ser mejor persona y a cuidarme más cada día, hace años no me pasaba esto, no me sentía así, la verdad todo lo que hacía era por mí, porque yo quería, en cambio ahora, es para que vea lo buena potencial polola que soy... una parte de mi, la más orgullosa por cierto, siente que no corresponde. A veces hasta encararía mi temor a ser mandada a la misma mierda y le diría todo lo que siento, no creo que sea tan grave, si ya han pasado cosas entre nosotros. Con cualquier otro no es lo mismo, no me hace sentir esas mariposas en el estómago, fijarme en cada detalle, desear con todo el corazón una mirada, un gesto, un beso aunque sea en la cara, no se me aprieta el estómago cada vez que está cerca.
Mal, mal, mal, que cuando está sentado adelante de mi en clases, me dan ganas de jugar con su pelo o darle besos en el cuello, o de correr hacia él a abrazarlo cuando está frente a mi. Definitivamente mal, a tal punto que no puedo dejarle pasar que me tenga así.
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